Ahora que Netflix acaba de desvelar el tráiler de su documental en tres partes centrado por completo en la vida de Arnold Schwarzenegger (que se estrenará el 7 de junio) junto con su nueva serie FUBAR, es un momento más que perfecto para volver a las raíces del ex culturista. Aunque los aficionados al cine de todo el mundo adoran a Schwarzenegger por sus grandilocuentes y perfectas interpretaciones en películas como Terminator, hubo un tiempo (aunque breve) en el que este pedazo de músculo humano de 1,90 metros de altura y acento marcado no era la figura mundialmente reconocible que vemos hoy en día. De hecho, puede que muchos no sepan que su primera película fue en realidad un filme de bajo presupuesto sobre un personaje de la mitología griega en la Gran Manzana.
Siete años después de convertirse en culturista profesional, Arnold Schwarzenegger, que entonces tenía 23 años, allá por 1969, participó en una película titulada 'Hércules en Nueva York'. Dirigida por Arthur Allan Seidelman, Schwarzenegger era tan desconocido en aquella época que no solo se dobló su acento en la película, sino que se cambió su nombre en los créditos y el material promocional por el irrisorio y directo "Arnold Strong". ¿Alguien da más? Schwarzenegger ni siquiera era el Arnold principal de la película. Ese papel era para el actor detrás de Pretzie, Arnold Stang, que era más conocido como actor de doblaje, sobre todo como la voz del mismísimo Top Cat. En cuanto a las primeras impresiones, estaba lejos de ser la estrella mejor pagada de Hollywood en la que acabaría convirtiéndose, pero ¿lo refleja la propia película?
El argumento básico de Hércules en Nueva York es el siguiente: un frustrado Hércules (Schwarzenegger) ruega a Zeus que viaje a la Tierra. En un momento de enfado por sus constantes quejas, Zeus hace explotar a Hércules y lo lanza en picado desde el cielo y directamente al océano, donde es recogido por un barco pesquero. Cuando el barco embarca en Nueva York, el testarudo Hércules conoce a un vendedor de pretzels y se marcha a experimentar cómo es la vida en el mundo humano. En cuanto al tono, se trata de los ideales de Furia de Titanes con un argumento casi idéntico al de Elfo... y sólo un poco de Godzilla.
Todo el humor de la película proviene de Hércules malinterpretando una situación o siendo malinterpretado por los que le rodean, con el guión básicamente matando el tiempo entre Arnold quitándose la camiseta y metiéndose en líos con gente que quiere pelear con él, o simplemente quitándose la camiseta. La mejor forma de describir esta película, por extraño que parezca, es como un fragmento de Woody Allen sobredimensionado. La actuación es mala en general. Parece barata. Y técnicamente, el sonido no funciona cada vez que Schwarzenegger abre la boca. Lo que es tan risible es que, a pesar de que Schwarzenegger está doblado debido a lo marcado que era su acento en aquella época, se las han arreglado para sustituirlo por un hombre con la capacidad de doblaje de Siri. Cabe señalar que el doblaje original de Schwarzenegger sí existe en los DVD.
A pesar de que hay momentos que te harán sonreír por su estupidez, Hércules en Nueva York no es muy buena. Pero puede admirarse como una cápsula del tiempo de humildes comienzos y de lo que una persona puede hacer cuando se propone algo y se niega a renunciar a un sueño. Porque a partir de aquí, Schwarzenegger trabajaría con Jeff Bridges en Stay Hungry sólo unos años más tarde y luego sería elegido para interpretar a Conan el Bárbaro en la epopeya de John Milius. Y todos sabemos muy bien cómo acabó el resto de su carrera.
¿Y el dinero? Con muchos papeles memorables a lo largo de los años 80 y 90, la carrera como actor de Arnold Schwarzenegger la han reportado más de 400 millones de dólares. Pero sus comienzos fueron lentos; en su primera aparición en la gran pantalla cobrara unos 1.000 dólares a la semana.
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